Desde los altos de Chiapas llega café Solo Dios, una empresa familiar que ha pasado por grandes logros y situaciones verdaderamente difíciles que a la vez los enorgullece y les da fuerza para seguir adelante.
Hace tres décadas Don Ismael inició la siembra de los primeros cafetales en las montañas nubladas de Chiapas, él bajaba a Escuintla que se encontraba a un día de camino entre veredas y caminos de herradura para obtener víveres y continuar con los trabajos. Cuentan sus hijos que una vez alguien le preguntó al llegar: “Don Ismael ¿De dónde viene tan cansado? él limpiando su frente respondió: ¡Solo Dios sabe! “ de esta anécdota tomaron el nombre del café.
La experiencia más fuerte que tuvieron fue en 1995 año en que los zapatistas invaden su finca y pierden la producción completa. Posterior a la invasión el panorama cambió empezaron a tostar y empacar el café para venderlo como producto terminado, iniciaron distribuyendo en la costa de Chiapas y después se trasladaron a la Ciudad de México, abrieron una pequeña cafetería en San Ángel y fueron tocando muchas puertas, a lo largo del camino han recibido muchas satisfacciones como poder certificarse como producto orgánico y ser del gusto del consumidor.
Desde que ingresaron al Programa Pequeño Productor se han capacitado mejor, son más eficientes en sus procesos y con la asesoría que han recibido han logrado un mejor desempeño y manejo de sus productos.
Ejemplos como este, muestran que unidos podemos lograr grandes cambios, forma parte de este esfuerzo y apoya a productores mexicanos.

